Tu duro juicio

No me juzgues por un error que he cometido,
no me pintes en tu cuadro como una malvada,
porque no soy mas que una mujer equivocada
que cometió un error que mucho le ha dolido.

Dios es testigo de mi arrepentimiento,
y si tu no lo crees, me duele mucho,
porque esta amistad volará con el viento
aunque por no perderla, siempre lucho.

Jesús perdonó a los pecadores
y no guardó rencor, olvidó todo,
a pesar de sufrir tantos dolores
nos ama siempre a su divino modo.

Tu que dices ser un ser de luz,
hazla que brille como nunca ha brillado
y quita ya los clavos de mi cruz
para obtener la paz, si se que has perdonado.

No me condenes en ese duro juicio,
usa tu don de la benevolencia
y no me hagas vivir en sacrificio
por haber herido tu existencia.

Por un error que mucho me ha costado,
por mi conciencia que muy tarde llegó;
y como tu, también mucho he llorado
pero es tu llanto el que a mí me ahogó.

Olvida, lo pasado ya es pasado
te lo pido con toda mi humildad
devuelveme lo que me habías dado
tu cariño, tu ternura y tu amistad.

Anónimo.